5.8.07

ana, ilana, mabel, patricio

La primer presentación del año le tocó a Ana Wandzik.
Obviamente, no puedo ser objetiva con ella. Además de conocer su producción, somos amigas. Yo siempre le digo que ella rescata prácticas situacionistas, ella me dice que no.
Ana despliega sus dibujos en la mesa, su rollo de 10 metros (incompleto aún son “sólo” 7, aclara), sus “papeles reciclados que devienen soporte para sus dibujos”. Ella dibuja todo lo que le pasa por delante, con unos fibrones divinos (que ella dice que son malísimos y que se le traban).











Subimos al cuarto de los residentes extranjeros.
Ellos son
Ilana y Mark.
Ilana es de New York y habla perfecto español, pero con suma timidez.
Mark es irlandés, no habla casi nada, trata de hacerse entender.
Están aquí por tres meses.
En la compu, Ana muestra el blog de los
compilados situacionales, el taller de compilación. Explica su confección (básicamente discos que intentan amenizar una situación cotidiana, generando una excusa para el encuentro). Vemos fotos de algunas de las presentaciones, en distintas locaciones ( el de Pelopincho Wave en casa de Analia Regue, el After Shower en el baño de la casa de Planeta X, el Sueño de una noche de Verano en el laguito del parque Independecia, el del Auto Rojo en el Parque Urquiza, en la kangoo, también, de Analía).
Me quedo pensando (y desde la experiencia personal de haber asistido) si aquí se funda un espacio, si la convocatoria es realmente abierta, si es suficiente la circulación virtual de la propuesta. Por más abiertos que seamos, no logramos convocar al otro como deseamos.
Aparece el fanzine “
Almacén de baratijas”, editado en fotocopia A4, que tuvo otros estadíos posteriores, con curadurías y todo, y que, hoy ve una evolución en formato e integrantes.
Termina la presentación, me sorprende el silencio general.
(ahora que ya pasó la primer mitad del año, puedo decir, sin miedos, que hay dos grupos en el levante: los opinólogos y los silenciosos. Desarrollaré más adelante).

Pasamos al cuarto de Ilana.
Ella trabaja a partir de una cierta “deriva” por las calles de las ciudades. Cuaderno en mano (libretita negra, en realidad), hace “inventario” de los elementos que conforman estas ciudades (buzones, faroles, balcones, plantas, mesas, sillas, cables, canteros, etc.) para luego plasmarlos en la hoja, agrupados de diferente manera, no como los encontraba dispuestos realmente. Se interesa además por las tensiones existentes, y esto después se verifica a la hora de volver a “acomodar” estos elementos.
Me encanta el orden personal de Ilana, la lógica de su archivo visual urbano.
De repente me doy cuenta ( y algo que confirmo después --> las presentaciones parecen plantear una matemática diaria, un hilo conductor. En este caso, percibo una cierta ansiedad o meticulosidad. Y la ciudad, claro está. Como escenario y como laboratorio.
Desde que la conoci a Ilana, no puedo evitar pensar en ella cuando voy por la calle.
De una manera extraña, cambié la forma de detenerme frente a cosas que no reparaba.






Contando obsesivamente los elementos, inventariando, el trabajo se asemeja al de un científico que sale en busca de evidencia para una investigación.
No dejo de pensar en la psicogeografía, o sea, en la incidencia del urbanismo y del entorno en nuestro andar cotidiano. Los trayectos recorridos, casi programados, parecen casi un juego en el que hay que salir a contabilizar los elementos encontrados, y a su vez, este encuentro fortuito va modificando el recorrido, y a ella.
Con posteriores modificaciones y plasmados ya de diferente manera a la originaria, Ilana parece apropiarse de ellos.
El suyo es un uso diferente de la calle, del espacio público. Es tomarlo a partir de lo que hay allí, no disponerse en ella.
Esta calle, este espacio público nos ofrece tensiones. Ilana hablaba de las clásicas edificación-naturaleza, por ejemplo. Mirando su obra encontré algunas más, sobre todo la que se produce entre los mismos elementos, sean orgánicos-inórganicos; accesibles-inaccesibles, pesados-ligeros.
Luego del inventariado original, estos “personajes” son emplazados en la hoja, dispuestos a jugar por cantidades, por formas, por relaciones.
En su habitación había también una maqueta. En ella, algunas torres construidas con estos mismos elementos.
Y aquí se produjo, a mi parecer, la tensión más interesante: con elementos “duros”, pesados, Ilana contruyó torres, apilándolos de manera tal que daban lugar a estructuras super frágiles. Nuevamente una tensión que explicita fantásticamente la existencia de los opuestos en todos los elementos, y como estos opuestos incluidos generan las tensiones.
Pero, más allá de éstas, me interesa la tensión misma que se genera en el artista y en el espectador. Ella se ofrece, al mismo tiempo, como extranjera y como local. Extranjera – en Rosario en este caso – y local como habitante de una ciudad. Y es un lugar que se asemeja al del espectador, ya que ella, en primera instancia, es espectadora y luego autora. El espectador entonces se reconoce también como habitante “urbano”.

Bajamos nuevamente, presenta Patricio.
Por un lado, dos planchas de hierro con un mapa fragmentado, trozado, a modo de rompecabezas, imantado.
Por el otro, hojas cuadriculadas, donde Patricio pintó cuadros al azar, armando formas, que en algunas de las hojas casi parecen manchas orgánicas, también al azar.
Parece jugar con el material, como si este le dijese qué hacer.
Las placas de hierro permiten una composicion siempre variable, mientras las hojas intervenidas ofrecen carácter más bien definido.
Le pregunto a Patricio si había reparado en esto, o sea, que el material resistente genera estructuras lúdicas y modificables, mientras el material más efímero (las hojas) son intervenidas de forma permanente.
Otra vez, mapas y cuadrículas urbanas.
Imagino un juego creado por Patricio y por Ilana desplegado en el piso, un enorme plano imantado donde los elementos de Ilana puedan acomodarse y moverse a piacere. La ciudad ideal.
Otra vez aparece mi idea inicial: o tenemos una tendencia a generar plabras que repetimos en las opiniones que damos, en el hacia dónde llevamos las presentaciones, o se da de manera natural.
Hoy fue el caso de la deriva, de las ciudades, del apropiarse de estas estructuras que nos afectan psicogeográficamente. Es, quizás como decía antes cuando hablaba de Ilana, el asumir las modificaciones que el entorno urbano nos genera, pero, fundamental: darnos cuenta que es algo de lo que nos podemos aprovechar, y reformular, y jugar, y modificar. Ana en este caso con los compilados, generando la plataforma o la excusa para, quizás, tomar la calle y musicalizarla; Ilana apropiándose de los elementos y hacernos ver que ese orden de ahí afuera puede ser otro acá adentro, y Patricio, sobrevolándolas casi, cambiando el punto de vista, jugando con la estructura misma, y mostrarnos lo efímero del cemento.



Me acabo de dar cuenta que me olvidé de la presentación de Mabel.
Mabel es pura energía desde muy temprano, y por apurada, por “correr”, me la saltié en la primer presentación.
Mabel Rodriguez es arquitecta y maratonista.
La conocí previamente por su fotolog, donde ella trabaja dibujos hechos de puras líneas y planos de colores, que es una resultante de investigar distintos programas informáticos como el corel y el autocad.

Ella habla de estos trabajos como ensayos, y se desprenden de un trabajo anterior que ella realizó siguiendo la lógica del telebeam, capturando detalles en los partidos de fútbol cual referí, y acentuando, en esos recortes, ángulos delimitados por diferentes líneas al azar, que pretenden hacer ver lo que no se veía, delimitandolo y resaltandolo, un plano detalle que abre más planos, y que hacen que todas estas imágenes –que a simple vista son muy similares- se diferencien unas de otras.
Mabel interviene en las presentaciones de los demás de esta forma: acentuando un recorte (con una reflexión o con una pregunta) que parece invisible a los demás, pero que nos permite, a nosotros, trazar esas líneas imaginarias para obtener una nueva lectura quasi mínima (mínima por el recorte), que permite disparar y correr.



Otra de las propuestas del levante es cocinar por grupos. Los encuentros comienzan a las 10 am y por lo general concluyen a las 6 pm, así que compartimos los almuerzos.
En este primer día cocinaron Gabriela Muzzio y Mónica Fessel. Yo tuve el primer cumpleaños de mi sobrina.Me perdí el almuerzo y las presentaciones de Alejandra Noguera y de Leandro Yadanza.

2 comentarios:

GUAU! espacio de escrituras dijo...

magalí, esto me parece muy bueno como vitácora abierta del taller.

saludos

seleccionaleatoria dijo...

(gracias hernán....espero que funcione)