29.11.07

fernanda

Siguió la presentación Fernanda Parada.
Fernanda es la residente chilena, que se quedó con nosotros un mes, compartiendo parte de su estadía con Andrea y Fabhio.
Nos hizo una pequeña retrospectiva de su obra –ella todavía asiste a la facultad- así que vimos algunos trabajos prácticos que fue desarrollando: una instalación hecha con hielos que se iban derritiendo, y una serie de videos.
Hay un elemento predominante: el agua.
El agua con todos sus matices y todas sus posibilidades: los distintos estados, la incidencia de la luz, y sobre todo, la posibilidad del reflejo.
De la incidencia lumínica Fernanda toma los colores y juega con ellos.
En varios de los videos, se detiene a filmar el proceso del movimiento acuático, agua corriente pero en recipientes, mientras va jugando con la incidencia de tintas de colores, y la velocidad con la que estas interactúan con el agua, para volverse una sustancia de color.
Los espejos. Los espejos de agua. Fernanda filma y se registra a ella misma reflejada en el agua, en el recipiente. Es su forma de participar en la obra? Podría ser un elemento molesto, pero no lo es. Es delicado que ella se acerque físicamente a su materia, porque ella quiere ser ese agua. Entonces genera el reflejo. Genera el recurso que le permite ser obra en su obra. Porque es la primer instancia del autorretrato.
Los siguientes videos son eso: ella, agua, colores, situaciones.
Todos encierran su cuota lúdica y su cuota sensual: jugando con líquidos y con materiales, tiñendo el agua con frutas, por ejemplo, en el momento de contacto más íntimo y real con el agua.
Al jugar con la cámara, acercando y alejando, los elementos se vuelven irreconocibles, flotamos. Ella deja de ser, también.





Me parece muy interesante la vuelta al autorretrato, porque es un autorretrato en situación y mediado: es decir, indirecto. Ella se presenta casi por descarte, como si no lo pudiese evitar.
Fernanda – y también Andrea y Fabhio – instauraron en El Levante una problemática diferente del autorretrato, algo que creo no se había planteado antes entre nosotros.
Porque, nos acercan, sin quererlo quizás, a pensarnos contemporáneamente.
Con Fabhio charlamos sobre gran hermano, con Fernanda sobre los fotologs, los egologs, películas como Tarnation, por ejemplo.
Fer me contaba, además, el proyecto de “Narciso”. Pensaba quizás que el agua de sus trabajos es casi un tul, una malla necesaria para evitar una sobreexposición.
Y eso le quitaba crudeza a su ponerse ahí, un ponerse ahí tímido en un momento histórico, super – yoico (y no superyoico, sino todo lo contrario), donde la forma de poner el cuerpo define nuestro discurso: ella está por tirarse al agua, y romper el propio reflejo. Para serlo.

28.11.07

el texto de la corredora

¿Como se conocen las cosas? ¿Desde que punto las conocemos?
Conocer el terreno es lo primero que quiere un arquitecto al hacer una obra.
Como es la sala de exposiciones, pregunta el artista ante su muestra.
Como es el? .Alto , bajo, flaco, colorado, morocho? Y ella?
Como esta la cancha Hay barro ? . El pasto esta alto? .Pregunta el futbolista.
Pareciera que queremos conocer determinadas facetas de algo antes de actuar.

Y otra vez yo hinchando con el punto de vista de las cosas de cómo se ven y se conocen las cosas.

Correré en Chicago mi sexta maratón de 42,195km.
Como es Chicago? . Me pregunto. Que veré , que hay allá a mitad de carrera o en el km 30…?
Un chileno me escribe un mail, preguntando si Chicago tiene subidas en alguna parte del recorrido…..Quiere conocer. No nos conocemos, pero queremos conocer sobre lo mismo.

Corro…y siempre de tanto pasar por el mismo lado para controlar el kilometraje que corro, termino conociendo el terreno…ahora viene la panadería, tengo que doblar a la izquierda, cruzo porque aun no han arreglado el pozo….ahora Pellegrini…todavía no limpiaron esta caca de perro…? .Parque Urquiza , está el señor que limpia autos…ya llega el agua, ahí esta el bebedero…Av .de la Libertad…se caerá una viga desde lo alto…?
Y así conozco el terreno. O un cuerpo. U otra cosa….
Conocemos lugares, espacios por diferentes motivos…como los conocemos…?.¿Como llegamos al conocimiento…?.¿De que clase se trata este conocer, para que conocemos…?.
Tal vez sean preguntas muy tontas y seguro hay miles de respuestas.

Patricio me pidió que actuara sobre dos de sus papeles cuadriculados.
En uno hice de memoria el recorrido con el que entreno, en el que corro casi todos los días. Desde casa hasta La Florida.
En el otro, el recorrido de la maratón de Chicago. Que lio. Tuve que mirar el recorrido de la página de la maratón en Internet. Ver para donde dobla el circuito acá o allá.
No se nada de un circuito y se todo del otro.
Pero los dos son para correr, cosa que conozco de que se trata, distancias que conozco, tambien.

Conozco y no conozco.

Yo quiero conocer determinadas calles de Chicago. Voy a correr sobre ellas!

Correré en otro lugar una distancia que ya conozco…otra vez puedo decir que conozco esa distancia por haberla repetido varias veces.
Correr no es solo correr.
En ese conocer descubro estratos. Capas.
Las calles, las distancias, la comida, el entrenamiento, los pensamientos que ocurren mientras se corre…la temperatura, la ropa.
Sin embargo casi todas esas cosas no se ven…casi seguro se sienten o se presienten.
Cerrito se transforma en Michigan.
La largada es la puerta de mi casa!
Rosario es Chicago .Y tal vez Chicago sea Rosario.
EL Norte será Sur.
Y el Oeste tal vez sea igual, pero en otro hemisferio.
Serán otras calles que corridas suman el kilometraje conocido.
No conozco las calles de Chicago.
No veré los silos del Macro que me dicen que por ahí paso a mas o menos 38 0 41 minutos desde que salgo de casa.
¿Qué habrá a los 38 minutos de la largada allá en Chicago?
El cuerpo va cargado de carbohidratos acá y allá.
Para correr acá y allá hay que comer.
Las calles, el paño donde se corre, es el sinónimo del la cancha de fútbol.
El lugar donde pasan cosas, bajo determinadas reglas.
Recorridos imprevistos de pelota y jugadores sobre el paño verde de la cancha de fútbol.
En cambio, en la maratón, todos vamos por el mismo lugar y dirección.
Linealidad ordenada de antemano.

42,195 km en Rosario, Buenos Aires, Chicago: la misma distancia en distintos lugares.
Conozco Rosario, pero no Chicago. A Buenos Aires la corrí dos veces!
Calles vistas de arriba, por acá doblo, por acá voy al Sur, por acá será la mitad de la distancia, desde acá se verá esto o aquello.
Conocer el terreno sin estar…se puede esto?
Fotos de la computadora de cada km .Chicago en el Google earth.
La comida como sinónimo de nafta.
Para llegar a la línea de largada vivo otra maratón: las visas, el viaje, el ahorro de dinero. Otros estratos. Otras capas.
Más fotos. Chicago desde arriba. Fotos de la intersección de dos calles.
Observo que todos dicen ante muchas actividades y la falta de tiempo…”y corrí de acá para allá”…”vivo corriendo”.Yo si corro!
Marcas. Acá doblare. Acá iré para el Sur. Detalles.
El entrenamiento, el día a día para correr. El gimnasio.
Fotocopias de mi diario de correr.
Cuanto mide una milla? Una milla aprendí que son 1,610 km.
Millas y KMs. KMs y millas.
Yo se donde tomar agua acá en Rosario cuando entreno sola. Allá, habrá puestos de hidratación atestados de corredores.
Los kilómetros o millas claves. 10 km -21km - 30 km - 40km
Que humedad. El sol esta bravo. Hace un frío bárbaro. El clima.
Los pensamientos en el km 34. Mas o menos lo se porque ya lo experimente…pero allá ? .Será igual…o me voy a distraer?
Estratos y capas de momentos, pensamientos, experiencias, conocidas y por conocer. Un verdadero collage.
Todo relacionado entre si, para intentar conocer lo desconocido sin estar.
Una verdadera obsesión.
Desde un punto de vista, claro.

Mabel

mabel y ana, parte dos














Seguimos en la segunda vuelta y le toca el turno a Mabel.
Previo a esta presentación, ella envió “el texto de la corredora”, donde, de alguna forma, explica sus recorridos, y se hace una gran gran pregunta: como conocemos?
Yo diría que el texto es perfecto para acompañar su presentación de hoy.
Mabel va a correr la maratón de Chicago, y esto implicó para ella una preparación mucho más detallada, estudiada, casi casi una receta médica.
Porque, desplegado en la mesa, el mapa de su diario, el mapa de sus tiempos, de sus paisajes, de sus calorías, de su peso, de sus pensamientos. Paralela a la preparación física, aparece la preparación del “papeleo”. Formularios por llenar, fechas, correr con fechas

y trámites, siempre correr. Correr sobre la mesa con los dibujos y las palabras, acompañarla en el trayecto.
Mabel trabajó también conjuntamente con Patricio: él le hizo la propuesta de intervenir dos cuadrículas –como las que viene trabajando- una a la manera del plano de Chicago, otra a la manera de Rosario. Porque, la gran preocupación: Mabel desconoce Chicago, entonces hay que recrearla, objetivamente. Acá no vale inventar: hay que trazar las calles, y sobre todo, imaginar un recorrido. Imaginar lo que se conocerá. Traducir a millas, soñar las botellas de agua, calcular los puntos más altos y más bajos del rendimiento.
Capas y más capas, de información, de experiencias, de aire, de calles, de pies.





Vemos un video donde ella, trabajando con google earth, armó un recorrido “simulado”, como un viaje en auto de las calles de la maratón, y con la dificultad agregada de tener que pensar en millas, de reacomodar toda una rutina de trabajo, de acomodar el cuerpo a nuevas distancias, donde (casi) todo es posible.
Patricio menciona “Cosmópolis”, de Don Delillo, como experiencia de un diario de un día en una ciudad.
Ella se enfrenta a su propia idea: la idea de aplicar un pasado –el diario, la preparación- a un futuro casi casi desconocido pero ya familiar: Chicago.
Entonces, cómo conocemos? Corriendo por y a través de las experiencias.

A Mabel siguió la segunda presentación de Ana.
Desplegó su rollo de 10 metros de dibujos – el papel cubierto por tickets – y dijo : “estos 10 metros no sirven, no se pueden mostrar, no son prolijos, se abren las junturas, se notan los pliegues”.
Yo creo que a Ana le gusta dibujar, más allá del resultado, es preciosista con las terminaciones, pero hay algo en ese gesto compulsivo del dibujar que va más allá de la factura. Es un ejercicio. Mabel corre, Ana dibuja, como si estuviese entrenando para otra instancia. No porque el trabajo lo denote, sino porque ella misma no se siente a gusto con los resultados.
En esos diez metros hay una voluntad narrativa que es impensable de otra forma.
Si bien se parece a un “caos narrativo”, nos está contando un proceso y un proyecto.
Empezó a trabajar en cuadernos. Cuadernos de hojas lisas, que contienen los dibujos y le dan, a su vez, entereza y orden. Creo que es un intento de orden, por la cantidad de personajes y variaciones que van apareciendo.
Más allá, desparramados ordenadamente, ella desplegó mil dibujos más de más y más personajes. Su idea es generarse un propio archivo de dibujos, por tipos, por colores, por historias. Algo así como una base posteriormente trasladable a otros soportes, como tener una base de datos.
Ana está armando su propio universo reconocible, por ella, por nosotros, por otros.
No es casual que desparrame sus imágenes por la calle, a modo de huella.








“tengo la intención de sentirme fotocopiadora”, dice, mientras miramos los monkeys, mientras pienso que es frase de la nena limalimón, mientras pienso que la nena limalimón es la excusa más perfecta para encontrar a la verdadera Ana, la que lleva sus dibujos de mano, como compañeros de carrera.

22.11.07

Justo Pastor Mellado



El siguiente invitado fue Justo Pastor Mellado. Justo vino desde Chile invitado por el Levante, pero además de compartir con nosotros un día de taller, dio una charla en la Facultad de Humanidades y Artes. Para esa oportunidad él preparo una exposición, donde, entre otros temas, hacía referencia a dos tipos de curadores –él, además de ser periodista, es curador, entre otras cosas, porque también lo hemos visto actuar en un video, posteriormente, jeje-, decía entonces: el curador de servicio y el curador de infraestructura. Siempre posicionándose desde Latinoamérica y con la propuesta de trazar nuevos mapas de lecturas de la historia del arte, por ser nosotros mismos parte de la “periferia”, la figura del curador se define entonces como crucial a la hora de trazar los recorridos que cuentan, justamente, la historia. Esta charla en la facultad dio –y da- para larguísimo, así que desde el taller mismo se armó un grupo “virtual” de discusión, en torno a este tema y a muchos más que fueron surgiendo (el grupo charlaycharla).
El viernes siguiente Justo se encontró con muchos de los chicos del taller, en donde cada uno le hizo conocer su obra, y justo ofició como “crítico”, o más bien, como “propositor”… Según supe después, Justo habla y habla y dice realmente todo lo que piensa, así que hubo más de un malherido a partir de sus palabras –malherido en los mejores términos, ya que muchos fueron capaces de separarse de la propia obra y repensarla a partir de las palabras de J.P.
Creo que el momento más rico fue el sábado, en el encuentro del taller.
Porque si bien se continuó con una serie de cuestiones que habían comenzado el jueves y el viernes, el sábado se habló muchísimo sobre la experiencia Levante.
Justo sostiene que la Universidad genera un contexto de ficción, de formación, pero que el mundo real, el de los intercambios reales, está afuera. El posicionaba al Levante como un lugar para la negociación con el espacio artístico real – “ustedes ya son artistas y deben comportarse como tales”, nos decía- , haciendo hincapié en que el espacio producido en el taller es un espacio real de circulación y de producción de lo artístico.
Él habló también del sistema de las habilitaciones, es decir, de cómo todo es reconocimiento, en primera instancia, por parte de los pares, y finalmente por el artista mismo. Porque, si estamos hablando de espacios de circulación de la producción y de la experiencia, no debemos, para nada, olvidar los dispositivos de la transmisión del saber sobre –y de- el arte: los pares son esos elementos de la cadena de no-ficción que hacen posible la transmisibilidad de la producción, y sobre todo, de la experiencia supuestamente “intransmisible”.

- cómo se puede pensar la “transmisibilidad” de una experiencia como el Levante para que no quede cerrado en sí mismo? (anoté por ahí)

Porque Justo decía, muy correctamente, que el taller es un dispositivo de transmisión, y debe reconocerse y cumplir ese rol como tal. Un espacio que alberga productores y que debe producir los dispositivos para que estos mismos productores no queden encerrados en el propio dispositivo, sino que el dispositivo debería ser la misma producción –del taller-.
Porque, de alguna forma, una obra aparece no cuando es creada, sino cuando es puesta dentro de un sistema de discusión – y relación - junto a sus pares obras, y eso es coyuntural.
El Levante, entonces, tendría que reconocerse como plataforma para lanzar – y crear- un otro mundo real que genere, a su vez, esta misma coyuntura del surgimiento. Porque así pueden entenderse las producciones: en contexto y en juego.

(y Justo me mata cuando lea este texto)

19.11.07

taller abierto andrea&fabhio

El jueves 16 de agosto fue el taller abierto de los residentes Andrea y Fabhio.
Fabhio dispuso diferentes televisores por el espacio de la residencia, mostrando algunos de los videos que realizó durante su estadía en Rosario (la cantidad de horas filmadas que tenía eran inabarcables). Uno en el ingreso, otro en el baño, otro en la habitación. Cada uno con un concepto diferente, pero que en realidad tenían una característica común: modificar el tiempo de la contemplación. Casi sin principio y fin, detenían el tiempo de una manera particular, o lo hacían pesado, denso, por no tener un desarrollo, sino más bien ser un seguimiento de imagen tras imagen, sólo sucediendo.

Andrea utilizó su habitación, la pared completa, llenándola de imágenes, de recortes, de telas, de transparencias, de frases, de recuerdos, de momentos. Andrea genera esa textura del secreto, del acallar una imagen sobre otra, de generarnos la voluntad de descubrir –el secreto, y las imágenes-. Aquí también se nos propone un tiempo personal para meterse en la obra, para manipular lo que queremos ver. El tiempo mismo nuestro decide que no veremos todo, sino que vemos lo que decidimos ver.
La habitación, silenciada, o con un leve murmullo, en contraste con los ruidos de los videos de Fabhio, contando historias contrapuestas, pero siempre hilvanes de experiencias comparti(das)bles.






Más tarde decidimos comprar unas pizzas, y bebidas, y nos quedamos extendiendo el taller, haciendo pesar el tiempo con las charlas, disfrutando los sillones.

10.11.07

eduardo y fabhio







Cerca del mediodía llegó Eduardo Basualdo. Él es de Capital Federal, frecuenta el taller más o menos con la misma regularidad que todos nosotros rosarinos (más o menos).
Si bien Eduardo ya habló de su trabajo en otra oportunidad junto con Laura Spivak, es la primera vez que hablamos específicamente de su obra. Y Eduardo llegó con varios interrogantes.
Primeramente, hay que destacar que él trabaja con obras-instalaciones, o sea, puestas quasi efímeras que se crean in situ, paisajes fantásticos poblados de seres fantásticos, juego de luces y sombras que modifican la percepción sobre los objetos, que permiten al espectador ver algo que no hay pero que él está creando a partir de lo que veremos (y no de lo que vemos).
Justamente por esta modalidad, él se peguntaba, entre otras cosas:
- si existe la posibilidad de trasladar la “obra original” a distintos formatos
- si existe la “obra ensayo”.
Esto último lo plantea a partir del traslado de su “obra” a una serie de dibujos que juegan, justamente, con luces que proyectan sombras.
Considero que Eduardo trabaja con una idea-proyecto que tiene la posibilidad de trasladarse a distintos formatos, y si su interrogante es si la obra puede ser ensayo, en su caso creo que sí, porque va formulando continuamente un universo de imágenes, que son un proyecto –quizás más proyecto que ensayo – que puede formularse a partir de diferentes inquietudes y tomar diferentes formas. (hoy Eduardo planteaba como él iba generando obras a partir de tener un espacio donde “mostrarlas”)
Él trabaja con elementos precarios, que con el uso de las luces genera otra lectura del material, trabajando con la ilusión y con nuestra propia imaginación, porque somos también nosotros los que formamos “lo que vemos”.
“No hay nada más sólido que la ilusión”, dijo Mauro, y al ver el trabajo de Eduardo la frase toma un sentido pleno: lo que vemos no es lo que hay, vemos lo que creemos (ver).




(menciono aparte el registro fotográfico de las obras: son una otra obra. Eduardo, si existe la posibilidad de trasladar. A la obra, y a nosotros. Veo las fotos como me acerco a ver los registros microscópicos de las bacterias de Luciana, fundan otro mundo que nos fascina. Si bien Luciana recorta y muestra ese mundo, Eduardo lo construye. Construye un mundo que no vemos.)


Después subimos a la residencia, era el turno de Fabhio. Fabhio es otro de los “extranjeros”, viene de Córdoba. Apenas llegó al taller comenzó a enviarnos sus informes, via mail, en donde él relataba impresiones, inquietudes, dudas, proyectos, observaciones, casi un diario de su estadía en la ciudad.
Nombro los informes porque reflejan su lógica y proyecto de trabajo, todo lo que Fabio hace o piensa lo documenta de manera compulsiva, y así fue su presentación. Una retrospectiva extensísima de sus trabajos en córdoba (y en otras ciudades también), que fueron quizás quitando fuerza a lo que fue su proyecto aquí en la ciudad, porque debió acotar para que, justamente, no se pierda la fuerza de la obra, a riesgo de no desarrollar el proyecto.
Fabhio va creando un archivo de su vida – artística –y lo va mostrando, como una acción, que dentro del contexto “ortodoxo” cordobés –donde la pintura ocupa un lugar fundamental dentro del círculo artístico- funciona como un punto de quiebre.
Lo suyo entonces se plantea como un recorrido teórico a partir del proceso, y de él como artista dentro del sistema del arte que quiere, de alguna manera formar parte pero evidenciando todos los procesos y decisiones que forman parte del mismo sistema. Sistema de producción del arte y sistema de selección del agregado que son las instituciones artísticas. Su rol es entonces no solo documentar esos vaivenes, sino ser carne de esos procesos, casi como un conejito de indias.
Y también se presenta él así en sus videos. Constantes vueltas sobre su imagen, el en proceso de video, él siendo materia del video.
Crea un alter ego – VIOTHO- y a partir de ahí desarrollará lo que él nombra como el libro de su vida. Unir pasado presente y futuro en una misma obra.
Y unir todos los procesos todos en la misma obra que es su vida.
Porque, quienes conocimos a Fabhio, podemos afirmar que él es puro rizoma: de ideas, de sentimientos, de imágenes, de situaciones. Esa es su metodología: ser lo que produce.

6.11.07

alejandra y andrea

Alejandra Noguera fue la primera en presentar en la segunda parte del año.
Yo no había visto su presentación anterior, así que era la primera vez que me enfrentaba con su trabajo.
Ella presentó unas fotos tomadas en una escuela bastante deteriorada en Máximo Paz, y luego una serie de fotos de frentes de casas abandonadas, también en Máximo Paz.
Máximo Paz es su lugar de proveniencia, y según ella nos contaba, la intención era poner en evidencia una especie de éxodo que se produjo en el pueblo, por cuestiones económicas hacia grandes ciudades como Rosario, y entonces esta especie de “vista fantasmal” de varios de los barrios.
En realidad, todos acordamos que había una falencia en el uso del recurso fotográfico, no por una cuestión técnica sino en el orden del discurso: es un trabajo que necesita constantemente apoyarse en las palabras de la autora, porque por sí solo no sostiene la intención. Una de las propuestas fue que recupere cierta dimensión “subjetiva”, que busque su visión de esas imágenes.
Porque nos enfrentamos a un vuelo de pájaro, en redondo, en un barrio desconocido, donde quizás nos pierde el no reconocer a la autora ni en el planteo ni a ella como habitante del lugar.
Ella hablaba constantemente de un vacío, cuando, al menos yo, nos topábamos con una idea de abandono enorme.

Después presentó Andrea. Ella es una de las residentes (de los “extranjeros” ;), vive en Tucumán.
El trabajo de Andrea es el silencio. Los secretos.
Quedé bastante impresionada por la suavidad y la frescura con la que hilvana sus ideas y sus imágenes, que acompaña perfectamente su tono de voz, sus gestos.
Ella nos hizo una especie de retrospectiva de su trabajo, empezando con unas imágenes de tiras de palabras, unas cintas transparentes completamente escritas y superpuestas, jugando con lo que se ve y lo que se oculta, como luego dirá ella “ensayo para la construcción de un secreto”. Qué se dice? Qué se oculta?
Una obra tiene mucho de secreto, mucho. Hay que develar, entrever.
De causar y generar una ilusión, de ocultar y mostrar simultáneamente, y sobre todo, de engañar.

Andrea viaja. Su mamá vive en Cutral Có y su papá en Tucumán, y eso la hace desplazarse constantemente, moverse.
Los movimientos generan imágenes. Imágenes que requieren un proceso de acompañamiento del espectador para leer ese desplazamiento, ese secreto del viaje eterno de Andrea.
“Recorridos acumulados”, el nombre, la propuesta de ese mundo experimentado a través de viajes, usando materiales y medios propios de los lugares, documentando, recolectando, capturando los sitios a partir de la utilización de distintos lenguajes que concuerden con cada distinto recorrido. Cada fragmento de lugar genera diferentes lecturas, y por ende, diferentes imágenes.
“Lo plástico le gana a lo conceptual”, dice Andrea. Y ahí aparece la mirada propia, ofreciendo su recorrido para que a su vez nos genere nuestro propio recorrido, paseando entre imágenes y luces y veladuras y sombras, entre relatos de un viaje que nos incita a movernos en la acumulación nuestros propios pasos.
Este trabajo por capas – de ella y nuestro- genera una construcción temporal de su puesta, de su viaje y de nuestra lectura, caminando la escenografía, efímera , para eternizarla como un archivo de nuestra mirada.

5.11.07

marcelo exposito

Desborde.
Producción de subjetividad.
Desborde del sujeto, o sujeto desbordado : cuerpo vibrátil

Estos fueron los conceptos que más me hicieron eco estos días.
El desborde porque se me hace evidente, constantemente.
Producción de subjetividad, también. Pero ojo.




Sábado: Marcelo Expósito se presentó el sábado en el levante. Su tercera visita a Rosario, la segunda vez que acudo a un encuentro. La presentación del sábado me resultó riquísima por un lado, confusa por otro.
Asistimos a un momento de “relajación”, un impasse, un período de asentamiento y revisión de ideas, conceptos y prácticas, a la par que revisionamos, justamente, los límites y los desbordes en lo que hace a la crítica (general) de las instituciones (en general). Reposo? No lo creo.
Al menos, no viendo el entusiasmo de marcelo. O puede el entusiasmo además ser una de las formas del “acomodamiento” de las ideas? Armamos un rompecabezas? Encontramos alguna respuesta?
Desborde. Fue, literalmente, un desborde de información nueva. De colectivos nuevos (al menos para mí). Esta cuestión me hizo pensar, sumado a una formulación de Marcelo el martes en el parque españa: siguen existiendo, como tales, el centro y la periferia? Sí y no, como diría él.
Sí en lo que a nueva información y actualizaciones se trata (aunque esto me detengo a pensarlo, considerando – y queriendo, deseando casi- que a partir de la existencia de internet no quedarían “rincones inexplorados”.

(“en un mundo unificado es imposible exiliarse”, decía De(s)bord)

Me adelanto nuevamente a Marcelo el martes: “el desconocimiento de algunas obras y autores permite nuevas codificaciones”. Exacto. No conviene, entonces, pensarnos, a nosotros “periferia”, como la alternativa a las lecturas ya hechas? Esto es un punto a favor. Lo pienso en voz alta, porque siempre tendemos a atacar negativamente este tipo de dicotomías. Vuelvo a pensar, no deberíamos aprovecharnos de esto?

Un punto extraño (que se dio el sábado y además los días del seminario) encierra el concepto de “construcción de subjetividad”. Porque me parece un concepto bastante complejo para no profundizarlo, para no cerciorarse que todos estén al tanto de él. Creo que puede ser un concepto amplio, y justamente, que encierre un punto de vista “subjetivo”.
Mi conclusión del día : la estética del desborde. Como propuesta.


Lunes: después del parque españa pensaba esto: las “obras” están ahí para tomarlas. Para armar nuestros propios recorridos de lectura. Esto es lo que más me interesa de las exposiciones de Marcelo: las “alternatividades”. Recuerdo por momentos la lógica de los Wu Ming, el decidir desde donde contar la historia, y el “develar”. Contar, por qué no, las otras historias.
Mientras se proyecta el video del Grup de Treball pienso “ una imagen de una marcha son todas las imágenes de las marchas”. Me parece que el problema aquí es mío, pero lo sigo pensando.
Poco a poco se destila la idea de la producción del sujeto espectador. Retomamos puntos del seminario del año pasado para armar esta idea. Acá es donde veo la genialidad de Marcelo: en el encontrar los puntos perdidos para armar la historia à que obviamente no es lineal.
Maldigo por lo bajo nuestra formación académica basada en “hits” de la historia del arte, en movimientos que derrocan uno a otro, porque nos condicionan. Por suerte existe el desborde.
Vuelvo a pensar en el sábado, cuando él nos dice que la pregunta “esto es arte?” es inútil, y vuelvo a la pregunta que formulé yo en el taller “por qué esto es arte?” y me siento una inútil. O no. Como hablaba con Graciela, son preguntas que hay que hacer para darnos cuenta que estamos equivocados, y que hay que hacer otra pregunta.

Sumado al desborde, otro concepto: contaminaciones. Coletazos.
Cuando habla de “conceptualismo” y de los diferentes momentos en que este se manifiesta, vuelvo a pensar en esta cuestión centro- periferia. Y aquí pienso en el modernismo brasilero, en el movimiento Antropófago. Otra punto a favor para la “periferia”.
Y aquí vuelvo al sábado. Se hablaba de momento de reflexión, de revisión.
Pienso que todas las corrientes artísticas fueron lanzadas al mundo. Para ser retomadas o descartadas. Quizas esa sea también la revisión, la revisión de todas juntas para evitar la lectura lineal e historicista. El conceptualismo es un buen ejemplo, el dadaísmo, el situacionismo.

“el cuadrado rojo sobre negro de Malevitch es igual al afiche de Silence=Death de Act Up”

“el Pabellón de El Lissitzky parece el almacén de Ne Pas Plier”

(notas mía en el cuaderno de apuntes)

Vuelvo al concepto “contrucción de subjetividad”. Marcelo hace un extenso desarrollo del proceso paulatino de introducción del público en la obra, del papel de éste, de que se convierte en parte del dispositivo mismo, y, que a su vez, se repite a sí mismo para reformularse en un movimiento paradójico.

“en el mismo movimiento que se critica cada vez más a la institución se da más lugar al público, a qué es ese público, casi como si ese público fuese “aliado” del artista” (otra nota mía, repensable).

Martes: este segundo día marcelo desarrolla al feminismo como movimiento de ruptura que se suma a otros movimientos surgidos en las décadas de los 60-70.
Ante la palabra feminismo no puedo dejar de pensar en el chiste fácil que siempre recuerdo de una película: “el feminismo es un invento machista que pretendía que la mujer se libere para así entregarse sexualmente más facilmente al hombre”...en fin.

Es muy interesante la variedad de los videos, porque trabajan desde un punto de vista femenino y no feminista, o sea, no lo entiendo (al menos yo) como manifestaciones anti-masculinas sino como un rescate de lo femenino desde su “otredad” (otredad en el buen sentido, otredad como otro punto de vista de la misma historia masculina y lineal).
El cuerpo femenino como formador de subjetividad, como desbordado, también aquí.
Igualmente, en el video de Carolee Sheeman encuentro una contradicción. Dentro del supuesto “no porno” hay elementos del porno, como ser el plano detalle de los órganos genitales. Aunque, claro está, dentro de un contexto atemporal, casi onírico, que quizas permite ese desborde más “experimental”.
Un momento aparte –y sublime- : el video de Sadie Benning.
Enseguida pienso en la construcción de la propia historia y del propio personaje, justamente, como decía Marcelo, sin la cuota trágica que hace su aparición en la adolescencia.
Enseguida pienso en el film Tarnation (de Jonathan Caouette, 2003). La cara trágica, el mostrarse desmesurado, desbordado, ansioso. Pienso aquí en los foto-egologs, y en la construcción artificiosa y a la vez vacía del propio yo. Y a su vez en el rescate del yo delante del otro.
Otra vez, el desborde. Como construcción y como plataforma.
Siempre se trata de fundar lugares para el desborde y el intercambio.