28.11.07

mabel y ana, parte dos














Seguimos en la segunda vuelta y le toca el turno a Mabel.
Previo a esta presentación, ella envió “el texto de la corredora”, donde, de alguna forma, explica sus recorridos, y se hace una gran gran pregunta: como conocemos?
Yo diría que el texto es perfecto para acompañar su presentación de hoy.
Mabel va a correr la maratón de Chicago, y esto implicó para ella una preparación mucho más detallada, estudiada, casi casi una receta médica.
Porque, desplegado en la mesa, el mapa de su diario, el mapa de sus tiempos, de sus paisajes, de sus calorías, de su peso, de sus pensamientos. Paralela a la preparación física, aparece la preparación del “papeleo”. Formularios por llenar, fechas, correr con fechas

y trámites, siempre correr. Correr sobre la mesa con los dibujos y las palabras, acompañarla en el trayecto.
Mabel trabajó también conjuntamente con Patricio: él le hizo la propuesta de intervenir dos cuadrículas –como las que viene trabajando- una a la manera del plano de Chicago, otra a la manera de Rosario. Porque, la gran preocupación: Mabel desconoce Chicago, entonces hay que recrearla, objetivamente. Acá no vale inventar: hay que trazar las calles, y sobre todo, imaginar un recorrido. Imaginar lo que se conocerá. Traducir a millas, soñar las botellas de agua, calcular los puntos más altos y más bajos del rendimiento.
Capas y más capas, de información, de experiencias, de aire, de calles, de pies.





Vemos un video donde ella, trabajando con google earth, armó un recorrido “simulado”, como un viaje en auto de las calles de la maratón, y con la dificultad agregada de tener que pensar en millas, de reacomodar toda una rutina de trabajo, de acomodar el cuerpo a nuevas distancias, donde (casi) todo es posible.
Patricio menciona “Cosmópolis”, de Don Delillo, como experiencia de un diario de un día en una ciudad.
Ella se enfrenta a su propia idea: la idea de aplicar un pasado –el diario, la preparación- a un futuro casi casi desconocido pero ya familiar: Chicago.
Entonces, cómo conocemos? Corriendo por y a través de las experiencias.

A Mabel siguió la segunda presentación de Ana.
Desplegó su rollo de 10 metros de dibujos – el papel cubierto por tickets – y dijo : “estos 10 metros no sirven, no se pueden mostrar, no son prolijos, se abren las junturas, se notan los pliegues”.
Yo creo que a Ana le gusta dibujar, más allá del resultado, es preciosista con las terminaciones, pero hay algo en ese gesto compulsivo del dibujar que va más allá de la factura. Es un ejercicio. Mabel corre, Ana dibuja, como si estuviese entrenando para otra instancia. No porque el trabajo lo denote, sino porque ella misma no se siente a gusto con los resultados.
En esos diez metros hay una voluntad narrativa que es impensable de otra forma.
Si bien se parece a un “caos narrativo”, nos está contando un proceso y un proyecto.
Empezó a trabajar en cuadernos. Cuadernos de hojas lisas, que contienen los dibujos y le dan, a su vez, entereza y orden. Creo que es un intento de orden, por la cantidad de personajes y variaciones que van apareciendo.
Más allá, desparramados ordenadamente, ella desplegó mil dibujos más de más y más personajes. Su idea es generarse un propio archivo de dibujos, por tipos, por colores, por historias. Algo así como una base posteriormente trasladable a otros soportes, como tener una base de datos.
Ana está armando su propio universo reconocible, por ella, por nosotros, por otros.
No es casual que desparrame sus imágenes por la calle, a modo de huella.








“tengo la intención de sentirme fotocopiadora”, dice, mientras miramos los monkeys, mientras pienso que es frase de la nena limalimón, mientras pienso que la nena limalimón es la excusa más perfecta para encontrar a la verdadera Ana, la que lleva sus dibujos de mano, como compañeros de carrera.

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